martes, 14 de agosto de 2007

¿Quién maneja a quién?

El 10 de febrero del presente se inició el nuevo proyecto de transporte público para la capital de la república de Chile, que fue bautizado como Transantiago. Un actor protagonista en la estructura de este proyecto es el Metro, que ha tenido un ajetreo mayor desde la puesta en marcha del plan.
Uno de los recorridos que pertenencen a Mettro es la línea 1, que va entre Estación San Pablo y Escuela Militar. Es frecuente que se escuche durante los últimos días, por parte del conductor de la máquina, una voz que dice algo así: "Señores pasajeros, les recordamos que este tren hace recorrido hasta Estación Las Rejas. Si desea llegar hasta Pajaritos, Neptuno o San Pablo, deberá descender en Ecuador".
Funcionarios de Metro indicaron que esta "fórmula" es para potenciar los viajes hacia Estación Escuela Militar. Esto, a primera lectura, puede concluir que existe déficit de trenes. Precisamente esto lo afirmaron los trabajadores ya mencionados (cabe señalar que las personas no quisieron revelar sus identidades).
Los choferes de Metro desmienten lo afirmado por los personajes antes mencionados y recalcan que esta maniobra es normal. Los conductores del ferrocarril subterráneo, que tampoco dijeron sus nombres, señalaron que tren por medio se efectúa este "cambio" para favorecer los intereses de la multitud que espera trasladarse, teniendo en consideración que diariamente la línea 1 transporta a casi 2.500.000 millones de personas durante las horas punta.
Existen situaciones que han cambiado la cara de Metro durante estos seis meses recién pasados. Uno de los choferes señaló que "no ha sido fácil estar en el lugar en donde nos encontramos, ya que nosotros sentimos el enojo popular". Además entregan datos importantes, como que antes existían 120 conductores de trenes, ahora son 650; o que antes habían 30 trenes y actualmente hay 38 (la empresa Metro compra un nuevo ferrocarril cada un mes y medio).
Además de desmentir la idea de la falta de trenes, los choferes (con ansias de explayarse) dicen que "la gente no tiene cultura Metro, poruqe no respetan los consejos que se les dicen" (por ejemplo "no impide el cierre de las puertas" o "deje bajar antes de subir"). Los conductores también mostraon su descontento por la sobrecarga de trabajo que ostentan, y por el mismo salario.
La inquietud queda todavía abierta, ¿serán capaces las autoridades de aplacar las críticas? Solamente habrá que esperar, aunque la paciencia se desvanece paulatinamente.

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